jueves, 24 de marzo de 2011

Para ti princesa.

Cada vez que te miro haces que sonría, es imposible que no lo haga con esa carita tan linda , con esos ojitos tan llenos de luz.  Mi cansancio se evapora cuando te acercas a mi con la cara llena de chocolate, tus manitas en alto y lista para darme un beso.

Llegaste a este mundo a revolucionar mi vida; desde que tú estás no sé dónde están las cosas aquí, poco a poco mi alrededor se llena de color rosa y de dibujos de princesas en cada objeto que no puedo resistir comprarte, aún que eso signifique que el libro que estoy esperando comprar desde hace un tiempo, va a tener que esperar un mes más.

Cuando me enfrento cada día al mundo allá afuera y regreso harta de tanto ruido, de la irónica soledad que significa convivir con millones de humanos más, cuando parece que los problemas me van a terminar aplastando y me siento derrotada, recuerdo entonces cómo arrullas a esa pobre muñeca que es tu compañera todos los días y la cual es un muestrario de todas tus comidas; que ya luce un nuevo decorado hecho con pluma por la pequeña artista que  eres.
Recuerdo tu cara llena de labial cuando te deje un minuto en mi habitación y cómo todavía querías que te pusiera perfume.
Pienso en tus piecitos dentro de mis zapatillas tratando de caminar hacia la puerta.
Vuelvo a oír la primera vez que me dijiste "mamá" y vuelvo a sentir la misma emoción que hace que se me llenen los ojos de lágrimas...

Eres el más hermoso regalo que me ha dado la vida y espero ser un buen ejemplo para ti; ansío verte sonrojada contándome que el vecinito te dio tu primer beso, quiero ser tu confidente y estar allí cuando las cosas no te salgan como las planeaste, quisiera negociar con la muerte que me permita verte crecer y dejar esta vida cuando te hayas convertido en una mujer...

Pero mientras todo esto sucede, te doy la gracias por hacerme tan feliz al ser tu mamá.